En 1531 Dos años después del primer arribo de los frailes dominicos a las costas del llamado “Nuevo Reino de Granada” y siguiendo el método utilizado de evangelización unido a la Conquista, un pequeño grupo de ellos acompañó al conquistador Pedro de Heredia en su tarea de exploración de la región de Calamarí.
En junio de 1533, se fundó la ciudad de Cartagena de Indias, pensada desde un comienzo como una ciudad-puerto de gran relevancia para la tarea colonizadora. Por eso, tres meses más tarde, se tramitó la creación de una diócesis en esta sede, la segunda de estas tierras, después de Santa Marta. Como primer obispo, se eligió al dominico salamantino Fr. Tomás de Toro y Cabero, preconizado el 24 de abril de 1534. Su gobierno fue breve, pues falleció dos años después, después de enfrentar serias luchas con los encomenderos, en cabeza del mismo Pedro de Heredia, debido a sus excesos con los indígenas.
Desde el origen mismo de la ciudad, los frailes se dedicaron a la enseñanza de la doctrina cristiana a los naturales encomendados, en pueblos y aldeas de la región. Como la nueva población prosperaba, se pensó en crear un convento, que sirviera de base para las tareas de evangelización, y contribuyera a la formación intelectual y a la observancia. Así, mientras se expedían las bulas para el segundo obispo de la diócesis, el también dominico Fr. Jerónimo de Loaisa, se envió la orden de organizar un convento regular en la ciudad, que comenzó a construirse ese año, bajo el patrocinio de "San José", aunque todo el mundo lo conoció como "Santo Domingo" debido a que este era el santo fundador de la orden religiosa de los Dominicos. Su primer prior fue Fr. Juan de Ávila O.P.
La primera sede del convento estuvo ubicada en la “Plaza de la Yerba” (Plaza de los Coches) y no era más que un cobertizo provisional de paja y barro, poco resistente. Y aunque existía lo esencial, la vida comunitaria, el edificio aún demoró en ser levantado.
Luego de un agitado cruces de cartas, informes, peticiones y cédulas, hacia 1549, gracias a la iniciativa de Fr. José de Robles, se inició la construcción de la sede del Convento. En febrero de 1552 un incendio destruyó la ciudad y debió buscarse un mejor sitio para el cenobio dominicano, en un solar donado por Francisco Lípari. Como era usual, el trabajo estuvo totalmente cargo de los indígenas de las encomiendas, quienes además tuvieron que entregar parte de sus propios bienes. El aporte de los encomenderos españoles en un comienzo fue mínimo. Por ello, la edificación inicial no era gran cosa: una rústica casa de paja y barro, con una capilla, en la cual, por su fragilidad “no se podía tener el Santísimo Sacramento, sobre todo por el peligro de los incendios”, según se lee en los documentos.
Vinieron luego años de estancamiento, en donde, a pesar de los esfuerzos de los frailes, los españoles de la ciudad se resistían a colaborar en la construcción de la sede conventual. Mientras tanto, por sus puertas entraron y salieron numerosas misiones dominicanas provenientes de España, con destino a diversas regiones del Nuevo Mundo.
Por fin, hacia 1565, el prior Fr. Pedro Mártir Palomino, al ver que la casa amenazaba ruina, encomendó a los frailes doctrineros, aprovechar las predicaciones de la Cuaresma “a ver si podían hacer algún fruto con sus sermones y conseguir alguna limosna para empezar el suntuoso edificio de nuestra iglesia y convento”.
Y aunque existía el empeño por edificar, los fondos aparecieron muy lentamente, por lo cual dicho proceso de construcción demoró aproximadamente 150 años. Así, al tiempo que se edificaba, debía repararse lo que ya estaba construido y que se deterioraba rápidamente en la calurosa atmósfera cartagenera. Las obras sólo comenzaron en 1578. Dos años después, del nuevo convento sólo existían las bases y los oficios religiosos continuaban realizándose en sitios provisionales; mientras tanto, los numerosos frailes se las arreglaban para vivir en sólo siete celdas de tabla. Y aunque en 1596 el Rey ordenó un auxilio de 5.000 pesos para el convento de Santo Domingo y el de San Agustín, en 1623 el techo de la iglesia conventual apenas cubría la mitad de recinto. Por fin, en 1630 se terminó el templo, pero al concluir el siglo XVII aún el primer claustro conventual permanecía inacabado, y encontramos todavía en 1730 referencias a donaciones realizadas por el Rey con destino a la construcción y reparación del Convento.
ENGLISHConvent established from the sixteenth century in the city of Cartagena de Indias, Colombia. Its canonical name was "Convent of San Jose." Until the nineteenth century remained a community of monks of the Order of Preachers or Dominicans. Then the building was expropriated and given to the diocese of Cartagena, serving as a seminary, college and then fine arts institute. It was recently restored. One of the major tourist sites of the city.
In 1531 two years after the first arrival of the Dominicans to the shores of the "New Kingdom of Granada" and following the method of evangelization coupled with the Conquest, a small group of them accompanied the conquistador Pedro de Heredia in its task of exploration of the region of Calamari.
In June 1533, he founded the city of Cartagena de Indias, designed from the outset as a port city of great relevance to the task of colonization. So three months later, he handled the creation of a diocese in this office, the second of these lands, after Santa Marta. As the first bishop, was elected salamantino Dominican Friar Tomas de Toro and Cabero, advocated the April 24, 1534. His rule was brief, for he died two years later, after facing serious struggles with the encomenderos, headed by Pedro de Heredia same, because its excesses with the Indians.
From the very beginning of the city, the monks were dedicated to teaching Christian doctrine to natural commissioned in towns and villages in the region. As the new town prospered, it was thought to create a convent as a basis for the work of evangelization, and contribute to the intellectual and enforcement. So while the bulls were issued for the second bishop of the diocese, also a Dominican Friar Jerónimo de Loaiza, sent orders to organize a regular in the city convent, which was begun that year, under the sponsorship of "San Jose ", although everyone knew him as" Santo Domingo "because this was the holy founder of the religious order of Dominicans. His first prior was Friar Juan de Avila O.P.
The first site of the convent was located in the "Plaza de la Yerba" (Plaza de los Coches) and was only a temporary shed mud and straw, very resistant. And while there was essentially community life, the building is still slow to be lifted.
After a rough crossing of letters, reports, petitions and schedules, to 1549, thanks to the initiative of Fr Jose de Robles, began the construction of the headquarters of the Convent. In February 1552 a fire destroyed the city and had sought a better place for the Dominican monastery, on a site donated by Francisco Lipari. As usual, the work was fully in charge of the Indians of the encomiendas, who also had to surrender part of their own property. The contribution of the Spanish encomenderos was minimal at first. Therefore, the initial building was not much: a rustic house of straw and mud, with a chapel, in which, by their fragility "could not have the Blessed Sacrament, especially the danger of fire," according read in the papers.
Came after years of stagnation, where, despite the efforts of the friars, the Spanish city refused to cooperate in building the convent site. Meanwhile, his gates entering and leaving many Dominican missions from Spain, bound for various parts of the New World.
Finally, around 1565, the Prior Fr Peter Martyr Palomino, seeing that the ruinous house, instructed parish priests monks, take advantage of sermons for Lent "to see if they could make some fruit by his sermons and get some alms for start the sumptuous building of our church and convent. "
And although there was the effort to build, the funds appeared very slowly, so the construction process took approximately 150 years. Thus, while it was being built, was to repair what was already built and deteriorated rapidly in the warm atmosphere of Cartagena. The work only began in 1578. Two years later, the new convent there were only the foundation and continued performing religious services in temporary sites, meanwhile, numerous friars managed to live in only seven table cells. And although in 1596 the King ordered a relief of 5,000 pesos for the convent of Santo Domingo and San Augustine, in 1623 the roof of the convent church barely covered half of the enclosure. Finally, in 1630 the temple was completed, but at the end of the seventeenth century still remained unfinished first convent cloister, and in 1730 we still find references to donations made by the King bound for the construction and repair of the Convent.
No hay comentarios:
Publicar un comentario